sábado, 7 de noviembre de 2009

Y de repente apareces...

Voy caminando por la calle.
Sopla el viento, se caen las hojas, empieza el frío. Es otoño.
Sigo andando, débil, decaída, pusilánime, agotada. Miro a mi alrededor y no hay nadie, no hay nada, sólo una sombra, una sombra desdibujada que me persigue, intento dejarla atrás pero no soy capaz, no tengo fuerzas, no puedo ya. Me surgen deseos de ir a hablar con ella, de ir a preguntarle quién es, qué quiere, por qué me acompaña. En mi interior siento punzadas de curiosidad, frías, afiladas, dolorosas, pero no me atrevo. Quizás otro día, pero hoy no estoy preparada, no aún.

Ir paseando por un parque, sola, sin compañía, dejándo que el viento azote mi pelo, que mis pensamientos fluyan libres como el viento, los dejo juguetear y te vuelvo a ver, ahí estás, apoyada en la muralla mirándome con cara de felicidad. ¿Sabes lo que me transmites? Mucha paz, tranquilidad, pero en el fondo lo que más necesito, consuelo, desasosiego.
Es armonioso mirarte, alentador saber que estás conmigo, que nunca me abandonas, que voy a mirar atrás o hacia delante y te voy a encontrar ahí, invisible, imperceptible, éterea pero existente.

Corro, corro mucho, quiero conocerte, quiero abrazarte, quiero tenerte a mi lado y corro hasta el final de la muralla. Te veo a lo lejos sentada en el poyete, esperándome, pero me canso, me agoto, ya no puedo correr más, iré andando,"caminante, no hay camino, se hace camino al andar" me repito constantemente.

Y por fin un día llego, y me descubro en ti, me miro y me doy cuenta de que eres mi espejo. ¿Por qué estás empañado? Lloro, hago un mar de lágrimas. Lo siento, lo siento mucho, te prometo que nunca más te volveré a abandonar, nunca más te fallaré. Te he encontrado y no te dejaré marchar, ya no, pero tú tampoco me dejes, te necesito.

Además sé que vamos a ser grandes amigas, compañeras, tú eres yo y yo soy tú, lo que pasa es que lo había olvidado. Cada vez que no sepa qué hacer te pediré consejo, cuando esté triste me refugiaré en tu abrigo, no me ahogaré en promesas incumplidas, acataré mi destino.

Me acompañas, te acompaño...¡me acompañaré!

¿Cómo empiezo? No sé, pero me encuentro con un teclado y una pantalla. Acepto el desafío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

aletearon